Marineros, buceadores, historiadores o simples amantes del mar, este libro es para ustedes. Narra el rescate de mundos sumergidos, barcos atrapados en tormentas o hundidos en batallas navales. Las personas apasionadas las detectan, las analizan, ensamblan las piezas más bellas. Los franceses fueron pioneros de la arqueología subacuática, una encrucijada de habilidades y disciplinas demasiado poco conocidas.
Se necesitó la invención del buceo, a finales de la década de 1940, para que se desarrollara el buceo. Junto a los cazadores de pulpos, los aficionados a la historia antigua exploran los cascos antiguos donde las ánforas revelan el comercio de vinos, aceites y obras de arte en todo el Mediterráneo. Los especialistas en construcción naval llegan a inventariar técnicas que los archivos no conocían. André Malraux, el extravagante ministro de Cultura del General de Gaulle, tiene la intuición de que esta zona tiene un gran futuro. Creó una estructura adecuada y aprobó una ley para la protección de este patrimonio.
En este gran libro magníficamente ilustrado, se desarrollan ante nuestros ojos unas cuarenta aventuras. Percibimos la emoción de los buzos que descubren los barcos fantasmas desmantelados por las corrientes, con sus cargamentos, sus cañones, platos preciosos y objetos cotidianos. Detrás de las hazañas, nadie está a salvo de una burbuja atascada que te obligará a permanecer en una cámara de descompresión, están los héroes masculinos y femeninos de estos equipos. Aquí hablan sin lenguaje, desde Albert Falco, que fue compañero de Cousteau en el Calipso, hasta Luc Long, que sube de las embarradas olas del Ródano un asombroso busto de César. Conocemos a Bernard Liou, sabio descifrador de inscripciones en ánforas, Max Guérout, ex miembro de la Real, que sacó a la luz iconos en movimiento del viaje, en un barco ruso varado frente a la isla del Levante. Michel L'Hour, actual director del Departamento de Investigaciones Arqueológicas Subacuáticas y Subacuáticas (Drassm) que gestiona todas estas expediciones, relata sus inmersiones en las frías aguas del Atlántico y sus viajes a mares lejanos. Como frente a Brunei donde aguardaban pilas de platos chinos, o Vanikoro, en el corazón del Pacífico, para autenticar los restos del Boussole, el barco de La Perouse, enviado por Luis XVI a tierras desconocidas. El André Malraux, un nuevo edificio especialmente diseñado, acaba de ser inaugurado para apoyar a los arqueólogos en su trabajo, especialmente en las profundidades marinas. Para la primera expedición, apuntan a La Lune, un barco hundido en 1664 con toda su tripulación frente a las islas Hyères.
- Tapa dura: 288 páginas
- Editor: ACTOS DEL SUR (25 enero 2012)
- Precio : € 42.60
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